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¿Por qué hacemos deporte?

Leire Izagirre

Lectura en 5 min – 06 noviembre 2023

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La motivación del deporte

Una de las respuestas más evidentes y previsibles podría ser que hacemos deporte para sentirnos bien y estar saludables. Pero, ¿es siempre así? ¿cuáles pueden ser otros motivos para hacer deporte?

Existen varios autores que han tratado y estudiado las diferentes razones por las que realizamos deporte. Estos hablan principalmente de motivos intrínsecos y extrínsecos.

Los primeros se relacionan con el placer y la satisfacción personal, y los segundos, con recompensas externas o incentivos.

Cuando hay una motivación interna, el deporte se realiza porque se percibe como una actividad gratificante y estimulante, porque puede haber cierto amor o vocación por el juego, por los desafíos personales que pueden afrontarse o la diversión inherente del propio deporte.

En los casos de motivación externa, el deporte no se percibe como una actividad gratificante y se realiza para conseguir un premio, el reconocimiento social, para evitar castigos o cumplir con las expectativas externas.

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¿Existen personas más susceptibles?

Pero ¿existen personas más susceptibles a tener un motivo extrínseco que intrínseco? ¿Y viceversa?

Según (Craft et al., 2014), la mayoría de las personas que practican deporte por motivos extrínsecos son mujeres, mientras que los hombres son más activos físicamente por motivos internos, en general.

En el caso de las mujeres, destacan las presiones socioculturales por realizar actividad física, ya que crean cierta sensación de obligación por moverse y cumplir con los estándares de belleza y de apariencia física normativas, buscando la delgadez.

Este es el motivo por el cual la adherencia a la práctica deportiva es menor en mujeres, ya que, existe cierta relación entre el motivo de la práctica y su adherencia (Anić, P., Pokrajac-Bulian, A., & Mohorić, T., 2022).

Esto nos da lugar a una situación donde la mitad de la población (mujeres) está centrada en la búsqueda de un cuerpo normativo o socialmente aceptado, que practica deporte de forma intermitente y punitiva, y presenta una mala relación tanto con su cuerpo, como con el deporte.

Es así como una actividad que podría ser gratificante y divertida, y que podría aportar beneficios a nivel de salud tanto física como mental, se vuelve en una sentencia, un castigo y motivo de malestar general.

Rol de las empresas de alimentación

¿Cuál es el rol de las empresas de alimentación y, el fitness en especial, ante esta realidad?

Grandes empresas de alimentación se aprovechan de estas personas vulnerables y víctimas, en cierta forma, de la presión y los estándares sociales para vender sus productos con reclamos imposibles y fraudulentas, creando un nicho de mercado predominado por personas vulnerables, a quienes ofrecerle soluciones sospechosamente milagrosas.

Este tipo de empresas no solo juega con la desesperación de sus potenciales clientes, sino que, además, pueden llegar a poner en riesgo su salud física. Uno de los ejemplos más claros lo documentaron Manso, G., et al. (2011) y Jurčić, D., et al. (2019), donde estudiaron casos que relacionaban potencialmente el consumo de un suplemento alimenticio a base de hierbas (muy popular) con hepatotoxicidad y daño hepático.

Todo ello deja claro que existe gran responsabilidad por parte de las autoridades de 1) promover la realización de la actividad física y del deporte desde una perspectiva de bienestar, placer y salud (física y mental), 2) ofrecer información sencilla y veraz sobre nutrición y alimentación, 3) fomentar un pensamiento críticos y analítico respecto a los reclamos y estrategias de marketing de los productos alimenticios, y que las empresas del sector de la alimentación deben cumplir con las regulaciones y medidas seguridad, y garantizar la calidad y transparencia total de los productos desarrollados.

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